La siguiente semana, me fui a reunir con el presidente israelí, Ezer Weizman. Llevé conmigo la medalla de plata del Campeonato Europeo y al equipo de televisión del deporte israelí. Quería un gimnasio para mis boxeadores, porque todavía éramos forzados a entrenar en un patio de una escuela sin ninguna facilidad. La seguridad nos dijo que nos fuéramos a casa y esperáramos por una invitación para hablar con el presidente. Me negué a irme y amenacé con iniciar una huelga de hambre hasta que el presidente acordara en reunirse conmigo. Luego de un par de minutos, los guardias de seguridad regresaron y dijeron que el Presidente Weizman estaba con el presidente de Turquía, pero el director general Arie Shomer hablaría conmigo.
Después de dos semanas, me otorgaron un gimnasio grande en Haifa. Mi tarifa era 1 shekel (30 centavos) al año por estudiante. La noticia estuvo en la televisión cada noche durante una semana. Cada mañana cuando llegaba a la escuela “Henriette Sold” donde yo era profesor de educación física, los muchachos corrían hacia mí y me decían “¡Michael lo vimos en la TV!”

Mi hija Yana me visita desde Moscú (1998).
Noviembre, 1998 (Buenos Aires, Argentina).
Yo era el entrenador jefe del Equipo de Boxeo Israelí en la categoría sub-19 del Campeonato Mundial. Esa fue la primera vez que conocí al equipo nacional de Estados Unidos cara a cara. Nos quedamos en el mismo hotel. La impresión que tuve fue que los boxeadores no tenían disciplina y estaban ahí para disfrutar y no para ganar medallas. Hablé con el entrenador en jefe del equipo de Kazakhstan, David Kostoev, en el sorteo. Le pregunté sobre los americanos. El dijo, “Yo me preocuparía más por los rusos y los cubanos. Los americanos, para nosotros, serían un contendor de suerte”.
Ahí fue cuando decidí venir a América. En ese torneo, mi boxeador, Yuri Foreman, le ganó a Kazakhstan en su primera pelea, Dinamarca en la segunda, y perdió por decisión muy reñida ante Yugoslavia en los cuartos de final. Esa fue la primera vez que un boxeador israelí logró llegar a los cuartos de final en un campeonato mundial. Yo sólo llevé dos boxeadores. América (un equipo completo) sólo ganó una medalla en el campeonato, de bronce. La mayoría de los boxeadores perdió en la primera o segunda pelea. Regresé a Israel determinado a mudarme a América.

Junto al entrenador jefe de Kazakhstan, David Kostoev (izquierda).
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